Entradas archivadas A vida violenta

Los invulnerables

parte del reencuentro del narrador con una pareja con la que compartió una vertiginosa etapa de su vida. Ellos, especialmente la protagonista, la joven Claudia Córdoba, quisieron vivir mucho, y muy rápido, sin dejar de prometerse un futuro a la altura de sus ambiciones.

.



29 Comentarios »

La vida violenta

La estación violenta va de gente que a los treinta años ya se ha muerto o siente que debería. Las drogas han sustituido al sexo en el altar de prioridades de la juventud, entendida como un estado cada vez más estrecho de acorralamiento. Nadie tiene narices no ya de envejecer sino de crecer. Nadie espera ser amado más allá de lo que dén de sí su belleza estricta y su pánico dionisíaco (…)

¿Está loco este Jabois? Puede. Y también puede que no.


31 Comentarios »

Novela de un periodista

Con la caída de la tarde, cerré el libro con la sensación de haberme topado con una buena novela, efectiva. La novela de un periodista diría yo, aunque quizás el interfecto se revuelva en su sillón, o donde quiera que se siente (…) La estación violenta está bien tramada y tiene un argumento creíble, quizás demasiado conocido (aunque esto pueda ser solo una impresión mía, que ya me lleva ocurriendo desde hace varios años antes de desertar de la lectura de novelas españolas). No voy aquí a ensayar un esbozo de crítica de la novela. Sólo les apunto que el autor domina el lenguaje y que a pesar de momentos, sobre todo los iniciales, cuando intenta crear el ambiente para que los personajes actúen, a excepción de esos momentos, digo, quizás algo subidos de tono (literario, se entiende), el resto mantiene una encomiable austeridad.


51 Comentarios »

A estación violenta (VII)

Xosé Feixó sobre A estación violenta, :

Temos nesta ocasión o dobre pracer de saudar un novo selo editorial (Edicións Morgante, intimamente relacionado con Rinoceronte Editora, criaturas de Moisés Rodríguez Barcia que veñen renovar, rexuvenecer e revitalizar a edición galega, non só con novos títulos, senón sobre todo con ideas audaces e necesarias que dinamizan o noso panorama cultural, ou iso intentan, obrigación que moitos, en todos os ámbitos, moi ben tratados polo establishment, non cumpren, aínda que si reciben, sen o menor recato o co  maior descaro, os meles do erario e o aplauso dos coniventes) e a primeira novela dun novo autor, Manuel Jabois, do que podemos esperar obras de sumo interese.

Á marxe da polémica sobre o título, coincidente cun poemario (La estación violenta, 1958) de Octavio Paz (premio Cervantes, premio Príncipe de  sturias e premio Nobel en 1990), xa que o artigo 10 da LPI, no seu punto 2, establece que “O título dunha obra, cando sexa orixinal, quedará protexido como parte dela”, cousa que, sen dúbida, non é froito máis que da maior das casualidades, o certo é que estamos ante unha obra incontestablemente orixinal, cuxa lectura, por momentos, chega a ser moi gratificante, pois, en efecto, acada o libro trazos de gran literatura, nos que algúns lectores chegan a ver influencias de grandes escritores, o que vén confirmar o dito anteriormente, sexa iso certo ou froito de buscar comparacións noutras literaturas de referencia.

Escrita de forma amena e lixeira, induce á lectura continuada, e, por veces, á relectura, ben por recrearse na prosa fluída, ben por evocar ou reintepretar o contido. As personaxes, mozos desencantados da vida, envoltos na épica do perdedor, no romanticismo, na vida que se desenvolve,  desgraciadamente para uns, sen ganas de madurar para outros, cousas que, co transcurso do tempo, fan que se vexan melancolicamente, perdido o paraíso da mocidade, desencantados da súa sorte e das súas experiencias vitais. E todo isto, narrado dun xeito acertado nas formas e no fondo: soltura literaria e lingüística para chegar a transmitir os profundos e sinceros sentimentos dos personaxes nas súas convulsas e variadas experiencias, rematando a novela coa mesma sensación de tristura que impregna toda a obra: “máis aló das nubes rosadas do atardecer, a mancha gris da cidade baixo un ceo recortado pola cegadora saia vermella do crepúsculo. Todo nos era alleo e hostil. Levantei o queixo e durante moitos anos ese xesto foi o único que puiden lembrar das últimas semanas daquel verán”. Parabéns ao editor e ao editado.


4 Comentarios »

A estación violenta (VI)

O programa da Radio Galega emitirá de luns a venres parágrafos de lidos por e ao acabar o último día, unha entrevista.

2 Comentarios »

A estación violenta (V)

Unha entrevista de María Barallobre para o xornal .


4 Comentarios »

A estación violenta (IV)

“Hai xa tempo que un xornalista chamado Manuel Jabois pasa por esta casa. Pouco sei del. Ademais de que el mesmo ten un blog, e de que por un par de fotografías apostaría a que está supercachondo, pouco máis. Pero collinlle bastante cariño. Por iso cando aí atrás atopei un libro publicado por el nunha editorial das pléades, animeime a compralo. Malia o cachondo que está e o cariño que lle teño, non podo dicir que A estación violenta me gustase moito (…)”

Cesare,


3 Comentarios »

A estación violenta (III)

(…) Hasta donde llevo leído, los personajes de A estación violenta parecen atrapados en cierto romanticismo, un peligroso ‘romanticismo de sí mismos’ del que no quieren salir: la épica del perdedor. Es la historia de unos jóvenes que se desencantan pronto de la vida. Me los imagino como un grupo de niños bien que hacen juergas en chalés con piscina y beben y se drogan, tipo Historias del Kronen pero de la Caeira (o eso me parece a mí, no sé), envueltos en una especie de “malditismo pijo” (expresión que, creo recordar, utilizó el propio Jabois en un post sobre los Panero); después algunos salen mal parados y otros se hacen mayores pero no quieren ser mayores, como Peter Pan pero con whisky. Y los vemos siempre desde después, desde el futuro que proyecta implacable su tristeza sobre el paraíso perdido: quizás por eso parece a veces que se toman demasiado en serio a sí mismos y se ponen fúnebres y sentenciosos y están de vuelta de todo. Supongo que, en un momento dado, todos los jóvenes postadolescentes (¿a los veintipocos?) nos creemos especiales, únicos, queremos autoafirmarnos como “generación” y buscamos diferenciarnos de los otros, etiquetarnos, analizarnos, y nos sale indefectiblemente un “nosotros” demasiado petulante, que se da importancia. Pronto nos daremos cuenta de que ese “nosotros” también era un espejismo (no sólo lo eran nuestros sueños), el mismo espejismo exactamente de los que ya fueron y de los que vendrán (…)

Conde-Duque,


2 Comentarios »

A estación violenta (II)

Ciertos días tenían la impresión de que no habían empezado a vivir“, dice Perec en Las cosas. Y eso es lo que les parece sucederles a los personajes de A estación violenta, la primera novela de Jabois, que no empezaron a vivir, ni ganas que tienen. Natural. Si lo sé no vengo, como decía la tele, o me hago poeta, o jipi. Pues ahí están estos personajes, estirando al máximo ese paso de joven a señor y agotando todas las posibilidades. Para ello recurren a la mistificación, a la extravagancia, al alcohol, al espejo, a la poesía, al egotismo de la tristeza (…)”

Sigue en


7 Comentarios »

A estación violenta


Presentación: hoxe martes 30 de decembro, no Café Moderno de Pontevedra, ás 20.30 horas.


29 Comentarios »



© 2004–2009. todo el contenido de este blog está sindicado bajo una licencia creative commons.

feed rss. blog empujado por y montado por gracias a tons of turkish kebab™.